Kirchner: hasta ahora el mejor.
La buena ejecución de una campaña electoral es un arte nada fácil. Muchos dirán que, además, la habilidad de hacer una buena campaña poco tiene que ver con el talento para ser un buen gobernante o legislador. A pesar de esto, elección tras elección, los ciudadanos se dejan llevar por las campañas y de una manera u otra, usan el proselitismo para evaluar la capacidad del dirigente.
Al iniciarse esta temporada la situación era la siguiente. De Narváez manifestando que quería salir segundo cómodo para quedar posicionado como un candidato serio para la gobernación de Provincia de Buenos Aires en 2011. Kirchner con una tarea imposible, revalidar títulos de un 45% nacional en medio de una crisis y con la sensación de que su gobierno (o el de su esposa) se estaba viniendo abajo. Mauricio Macri planteando una victoria abultada en Capital con el objetivo de llegar a una mayoría propia en la legislatura de la ciudad y con resto para “dar una mano” en el primer cordón del conurbano.
La movida venía siendo exitosa. De repente De Narváez veía como posible ganar. Y el objetivo cambio, hay que ganar.
Kirchner por otra parte venía perdiendo. Era y es imposible que en el escenario que tenía enfrente pudiese arrimar un resultado parecido a los de las últimas elecciones. Hizo la jugada arriesgada. Va él en persona de candidato. De repente todas las miradas están puestas en provincia de Buenos Aires. No importan Córdoba, Santa Fé, Mendoza, etc. No importa, aunque la elección sea legislativa cuántos diputados y senadores obtenga cada sector. Lo único que importa es juntar votos en Provincia de Buenos Aires y salir primero.
Una vez que consiguió cambiar el campo de juego, que no es poco, se dedico a este partido. Como perdía votos día a día, adelanto las elecciones.
He aquí la jugada magistral de Kirchner. No por los días que ahorro de fuga de votantes, sino porque mostró que conocía el paño suficiente para saber que el equipo de enfrente no estaba suficientemente entrenado. El defensor, mediocampista y delantero no han entrenado suficiente para jugar en equipo. Y el combinado de Kirchner si. Mientras los primeros tienen en medio del partido las discusiones que deberían haber tenido en los entrenamientos el equipo K se dedica a hacer los goles.

Mientras tanto Michetti habla de temas de la ciudad, como la caca de los perros, mientras su electorado esta preocupado por la crisis económica mundial y nacional. Los tres mosqueteros salen al peor estilo de equipo que se va al descenso, discutiendo si uno le dio la pelota al otro o quién tiene que patear el penal, sin darse cuenta que con los nervios de la chicana propia cualquiera que lo patee lo va a errar. Hacen un cierre de listas dónde queda mucha gente enojada, y que lo diga o no, hace quite de colaboración. De paso los muchachos para mostrar el enojo traen los bombos al barrio de Las Cañitas, transmitiendo la sensación de dirigencia culta y formada coherente con el estilo macrista que le gusta al electorado porteño. Solá sale en los medios hablando de peronizar la campaña y De Narváez se ocupa de dejar bien clarito en el Chat de la Nación que Duhalde fue el mejor presidente y que él siempre fue y será peronista. Solá ocupado por todos estos temas va menos al interior, transmite otros mensajes. De Narváez se reúne con uno y con otro mientras Néstor va a los lugares dónde él debió ir.
Empieza el segundo tiempo, las últimas tres semanas de elecciones. Dicen que De Narváez y Macri van a darle un golpe de timón a la campaña como equipo que sale a recuperarse después del entretiempo.
Mientras tanto, Carrió y su Coalición Civica va juntando los votos de todos aquellos que no quieren votar peronismo con el objetivo de llegar al 30%, que quizá logre. Es posible que por primera vez en mucho tiempo, gracias a los errores de Macri, De Narvaez, Sola y Michetti todo el voto antiperonista se concentre en la Coalición Cívica, en el 30%, que le garantiza la derrota digna y que la peor parte del peronismo siga gobernando, esa que sabe hacer campañas.
Jorge: Me parece un excelente artículo de tu parte, donde siento que has tenido la sabiduría de reconocer que hay personas que conocen mejor el juego que aquellos cuyas ideas te resultan más afines. Eso es algo por lo que brindo. En este sentido, jugar en la arena de la política requiere de muchas otras cosas además de la formación, los objetivos y los ideales. Coincido con vos en algo que parece incuestionable, el peronismo, en todas sus variantes, sabe jugar un juego que los demás rechazan y no se animan a siquiera estudiarlo. Lo demás lo dejo librado a la ética que cada uno elije para si, pero quizás debieran analizarse estas cuestiones si lo que se quiere es llegar al poder para cambiar o transformar la “realidad” con la que no comulgamos.
Fuerte abrazo!!
Estimado:
No solo “se cree” que la culpa de nuestras desgracias la tienen los terratenientes, los capitalistas, los curas y los milicos que siempre se arreglan a espaldas del pueblo, sino que no hay modo de demostrar lo contrario.
Verlo a Felipe Solá, alzando la mano de Luciano Míguens, es repulsivo (como dijo Mariana).
Los K no tienen nada de bueno, pero comparados con los sátrapas que se presentan como oposición, ganan por varios cuerpos.
En fin, es lo que hay.