El capítulo que Kirchner no leyó
Las declaraciones de ambos ministros Fernández, son en general tan disparatadas que cualquiera se da cuenta. Todos hemos sufrido otros cortes y vimos como el gobierno los apoyaba y no nos tragamos los embustes de estos y otros funcionarios.
Sin embargo me parece oportuno analizar el fin que dicen proponerse, porque es ahí dónde mucha gente duda. Es cuando dicen que pretenden bajar los precios de otros productos.
Kirchner leyó el primer capítulo de algún libro de economía, e intenta aplicar ese capítulo para solucionar todos los problemas… y la verdad que le faltan varios más.
Tanto en el tema de las retenciones de la soja como en la prohibición de exportar carne el expresidente y sus acólitos pretender dirigir la ley de oferta y demanda. Ellos dicen, permítaseme usar por el resto del artículo números figurados pero ilustrativos, si hay 10 toneladas de carne producidas, 8 se exportan y 2 quedan para el consumo local a un precio que me parece excesivo entonces prohíbo la exportación de carne y entonces las 10 toneladas se venden en Argentina y por la ley de oferta y demanda al aumentar la oferta bajará el precio.
Algo parecido es el análisis que hacen con la soja. Dicen que como la soja obtiene grandes ganancias muchos productores abandonan otros productos, trigo, ganado, etc para dedicarse a la soja. Para todos estos otros productos disminuye la oferta, por ende aumenta el precio.
La lección numero 1, ley de oferta y demanda, esta bastante bien entendida.
Y también es verdad que es central a la economía. Pero justamente como es central, quiere decir que hay situaciones previas y situaciones posteriores. Ambas unidas por un concepto que cuesta entender, pero que para muchos productores y empresarios, es parte de su alma. Es el riesgo empresario.
Toda puesta en el mercado de un producto requiere de una decisión previa: voy a poner este producto a la venta y voy a hacer todas estas cosas para lograrlo. Desde el más sencillo que decide publicar en un sitio de subastas la silla vieja que ya no usa hasta la gran multinacional que decide invertir millones en la construcción de una planta industrial tiene que decidirse en algún momento a empezar.
En ese momento evaluará todos los costos en dinero y esfuerzo que le llevará poner en el mercado, vender su producto y después cobrar el precio por el mismo. Esta claro que la mayor parte de las evaluaciones será una adivinanza más o menos profesional. El empresario tiene que estimar o adivinar cuanto serán sus costos, que precios aumentarán cuánto, en función de que. Y también tiene que evaluar más o menos cuánto espera obtener de la venta. Para eso tiene que arriesgar que precio obtendrá, es decir cuánta oferta habrá o lo que es lo mismo que harán la competencia y otros inversores, y cuánta demanda habrá, es decir los clientes cuánto estarán dispuestos a comprar y a que precio. Si con esto que obtiene cubre los costos y le queda una ganancia entonces corre el riesgo de producir. Inicia un proceso que en algunos casos puede durar varios años. Este es el famoso riesgo empresario.
Una vez que vende hace la cuenta, cuantas estimaciones acertó, porque variaron, ¿era previsible? ¿A cuánto vendió? ¿Cuánto vendi? Se produjo la ganancia esperada. Puede pasar que si, o más, con lo cuál la apuesta pago bien, puede ser que menos o cero, con lo cuál el productor no quedará satisfecho o que en realidad no llego a cubrir los costos con lo cuál el productor perdió plata, y entre en una situación de quebranto que habrá de ver como lo cubre.
Esta evaluación final es un insumo importante para la decisión de invertir o no en la próxima temporada.
Cuando el gobierno irrumpe y pone un costo importante extra hace dos cosas cambia la ecuación económica final y sobretodo hace que la incertidumbre en las estimaciones previas a la inversión aumenten inmensamente. El productor que tiene que evaluar sus costos no puede saber cuánto va a tener que pagar entonces no puede estimar su ganancia, por lo tanto no arriesga y no inicia el proceso. Porque la plata que no invierte y guarda abajo del colchón no corre el riesgo de perderla, o por lo menos corre menos riesgo….
Ahora este segundo efecto es contagioso. Es decir no se reduce a una sola actividad, los productores de soja. Porque quién esta pensando en producir trigo, o lamparitas eléctricas se da cuenta que si al imprevisible que esta en el gobierno se le ocurre que en su sector hay ganancias extraordinarias le pueden destruir el resultado de su plan de inversión. Por lo tanto tampoco invierte en trigo ni en lamparitas eléctricas.
Un punto importante que los burócratas suelen olvidar. La ecuación económica no es única. Es decir para cada unidad de producción las cosas son distintas. Así hay productores que invierten $2 y obtienen $10 al vender su tonelada en exportación. También es verdad que ese productor obligado a vender a $5 en el mercado local gana plata. Pero hay otros productores cuyo costo de producción es de $6 (porque sus tierras son más lejanas, tienen un rinde menor, necesita más fertilizante, etc). Ese productor que ganaba si exportaba a $10, pierde si vende en el mercado local a $5.
Este mismo productor que al momento de decidir plantar soja tenía unos costos estimados de $6 y un precio de venta de $10, y que el gobierno obligo a perder $1 vendiendo a $5 en el mercado local se encuentra en ahora en la siguiente situación. Debe decidir si planta trigo. Su costo es de $6 y obtendrá un precio de venta de $10 ¿Qué hace? Kirchner sostiene que va a plantar trigo. ¿Usted que haría?
La verdad es que lo que estas políticas consiguen es que al año siguiente cantidades de posibles inversores en muchas áreas no inviertan. Y por lo tanto la oferta disminuya y los precios suban. Es imposible saber cuáles, porque todavía habrá empresarios de distintas áreas en distintas proporciones que arriesgarán, pero en general habrá aumentos. Ah… y desempleo por falta de inversión.
Porque la oferta y demanda es central.. pero no es todo.